En el evangelio de este domingo (Mateo 23, 1-12) escuchamos las palabras de Jesús dirigidas a los escribas y fariseos. Estas palabras son una llamada a la reflexión profunda sobre la verdadera actitud que debemos tener como discípulos de Cristo.
Jesús comienza señalando que los escribas y fariseos se sientan en la cátedra de Moisés, lo que significa que tienen una posición de autoridad en la enseñanza de la Ley de Dios. Sin embargo, Jesús les advierte a la multitud que no deben imitar sus acciones. ¿Por qué? Porque, aunque enseñan la Ley de Moisés, no la practican. Son hipócritas, que hacen muchas cosas para ser vistos y alabados por los demás. Esta hipocresía nos recuerda la importancia de la autenticidad en nuestra fe. Jesús nos llama a vivir de acuerdo con lo que creemos y predicamos. No debemos ser como los fariseos que se jactaban de su piedad, pero descuidaban la justicia, la misericordia y la fe. Más bien, debemos ser auténticos en nuestro compromiso con Dios y en nuestro amor por los demás.
Jesús también advierte contra el deseo de títulos y reconocimientos. Nos dice que no debemos llamar a nadie "Rabí", "Padre" o "Maestro" en un sentido que implique superioridad, ya que solo tenemos un Maestro, que es Cristo. Esto nos recuerda la importancia de reconocer la centralidad de Dios en nuestras vidas y no buscar títulos o poder terrenal para glorificarnos a nosotros mismos.
Y luego Jesús nos da una enseñanza fundamental: "El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido". Esto es una llamada a la humildad, a reconocer que somos todos iguales ante Dios, y que nuestra grandeza no se mide por la posición social, los títulos o el poder, sino por nuestra relación con Dios y cómo servimos a los demás.
José Luis Sicre: Dos ejemplos malos y uno bueno. Jesús está en desacuerdo con la conducta de escribas y fariseos, y también con su enseñanza, que se resume en agobiar a la gente con cargas pesadas.
José Antonio Pagola: Contribuir a la conversión de la iglesia. No son pocos los que se han alejado de la fe, escandalizados o decepcionados por la actuación de una Iglesia que, según ellos, no es fiel al evangelio ni actúa en coherencia con lo que predica.
Rosario Ramos: Todos vosotros sois herman@s>.Jesús denuncia un liderazgo autócrata, hipócrita, deformado y sin autoridad frente a un nuevo liderazgo coherente, inspirador y evangélico, que se sitúe más en la circularidad que en la jerarquía, donde todos sus miembros son equidistantes al servicio del bien común como herman@s.