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  • Carlos Collantes Díez

CREATIVIDAD Y SABIDURÍA

06 Octubre 2016 1836

“… en esta Jornada Mundial de las Misiones, todos estamos invitados a «salir», como discípulos misioneros, ofreciendo cada uno sus propios talentos, su creatividad, su sabiduría y experiencia en llevar el mensaje de la ternura y de la compasión de Dios a toda la familia humana. (Papa Francisco, Mensaje Domund 2016)

 

La misión tiene su fuente y su fuerza en una vida interior profunda, en una experiencia de encuentro, en una relación gozosa de amor-comunión. Esta relación existe en el interior de la Trinidad y Jesús nos la ofrece y quiere que circule entre nosotros. La misión es más que la obediencia a un mandato; es manifestación de un amor pleno: el amor del Padre por toda la humanidad. Somos misioneros cuando nos sumergimos en el amor misericordioso del Padre y transparentamos ese amor.

El gran misionólogo David J. Bosch nos dejó escrito: “La misión nace en el corazón de Dios. Dios es una fuente de amor que envía. Este es el sentido más profundo de la misión. Es imposible penetrar más allá; existe la misión sencillamente porque Dios ama a las personas”. La encarnación y la misión salvífica de Jesucristo se sitúan dentro del amor trinitario, como una expresión de esa plenitud de amor desbordante.

Dios es un Dios “saliendo” y sale para manifestarnos su bondad. La misión es universal porque así es el corazón misericordioso de Dios; y es urgente porque son tantas las situaciones necesitadas de ese amor, de esa salvación, de un anuncio esperanzador y gozoso que sea creíble por estar al lado de los más desfavorecidos. La misión es un movimiento amoroso de Dios en el mundo y la Iglesia está al servicio de ese movimiento de amor, fiel a las preferencias de Jesucristo.

Ser creyente significa vivir con la convicción profunda y arraigada de que el amor existe y su rostro es la misericordia entrañable. La bondad es el lenguaje privilegiado de la fe.

“… la fe es un don de Dios y no fruto del proselitismo; crece gracias a la fe y a la caridad de los evangelizadores que son testigos de Cristo. A los discípulos de Jesús, cuando van por los caminos del mundo, se les pide ese amor que no mide, sino que tiende más bien a tratar a todos con la misma medida del Señor; anunciamos el don más hermoso y más grande que él nos ha dado: su vida y su amor”. (Mensaje Domund 2016)

Ser Iglesia significa responder a las exigencias del evangelio en contextos y situaciones distintas. La Iglesia es Iglesia cuando sale y al salir asume rostros nuevos. Desde el principio, Dios lleva a la Iglesia más allá de sus fronteras, la misión ayuda y fuerza a la Iglesia a tomar conciencia de su verdadera identidad.

El Espíritu nos invita y urge a vivir con fidelidad y lucidez, a actuar movidos por una nueva imaginación de la caridad, buscando la respuesta evangélica a los nuevos problemas del mundo de hoy, llevando a cabo nuevos proyectos de evangelización para las situaciones actuales.

“No permitamos que nuestras preocupaciones particulares encojan nuestro corazón, sino que lo ensanchemos para que abarque a toda la humanidad”. (Mensaje Domund 2016)

P. Carlos Collantes sx

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