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  • Ivanildo Quaresma

Mujer que grande es tu fe

18 Agosto 2023 5885

En el evangelio, la actitud de Jesús hacia la mujer cananea puede parecer, inicialmente, una actitud dura e incluso despectiva. La mentalidad judía consideraba que el pan de los "hijos" (los judíos) no debía darse a los "perros" (los paganos). El pan hacía referencia a las promesas y bendiciones de Dios. No obstante, la mujer cananea, con gran audacia, con toda la fuerza de su amor maternal y con toda la esperanza puesta en Jesús, suplica que su hija sea curada: Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Cuando Jesús aduce que no estaría bien dar el pan de los hijos a los perros, la mujer afirma: Cierto, Señor; pero también los perros comen las migajas que caen de la mesa de los amos.

Esta actitud dará paso a una incondicional acogida por parte de Jesús, manifestándole: Mujer, qué grande es tu fe. Que se cumpla lo que deseas. El evangelio anuncia que, con Jesús, se produce un gran cambio: el fin del exclusivismo religioso para abrir el horizonte de la salvación a todos.

Pues, la palabra nos iguala a todos, con nuestros aciertos y errores, en la fraternidad universal. Cada ser humano, sea como sea su realidad, su historia, sus condiciones… es hijo de Dios y, por tanto, objeto de todo su amor y cuidado. Nadie puede arrogarse la capacidad ni la condición de decirle a otro “tú no puedes acceder al amor del Señor” o “yo estoy más cerca de Dios que tú”. Todos tenemos debilidades al igual que la huella de Dios en nuestras entrañas. Él es infinitamente más grande que nuestras clasificaciones, su amor trasciende nuestros méritos y nuestros pecados. La actitud creyente supone el sobrecogimiento ante tal misericordia y el esfuerzo de ser, con toda nuestra vida, testigos de la misma ante toda la humanidad. Y como nos recuerda el papa Francisco: " EN LA IGLESIA HAY ESPACIO PARA TODOS, PARA TODOS. EN LA IGLESIA NINGUNO SOBRA. NINGUNO ESTÁ DE MÁS. HAY ESPACIO PARA TODOS. ASÍ COMO SOMOS". 

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