Festejar San Francisco Javier con hermanos y hermanas sufíes es ya tradición en nuestra comunidad de Marruecos. En esta celebración nos une el deseo de “hacer del mundo una familia” convirtiéndose en un “Ribat El Salam” (vínculo de la Paz, fundado en Argelia por Christian de Chergé y Mons. Claude Rault, y vivido con la cofradía sufí Alawiya). Los javerianos hacemos camino junto a la Tariqa Alawiya desde nuestros inicios en esta tierra. Nuestra meditación y oración silenciosa a partir de una aya del Corán y de un versículo del Evangelio, tenía como objetivo profundizar cómo en el plan de Dios “él otro”, venido de oriente y de occidente, está llamado a vivir la alegría de Dios y sentarse en su mesa. En esta ocasión se han unido las Hijas de la Caridad de Ksar El Kebir y Salva, un amigo cristiano de Ceuta.
Siguió una comida juntos, en la que hemos prolongado nuestra comunión y después hemos compartido libre y espontáneamente lo que hemos vivido durante el momento de nuestro Ribat El Salam[1].
En el compartir hemos expresado que nos han servido los textos propuestos ya que nos han abierto al otro. La oración silenciosa nos permite por un lado entrar en una comunión tan fuerte en la que el EGO deja de lado su ser y en la que se crea una experiencia de comunión nueva y de difícil descripción, pues hemos experimentado una especie de paraíso con la sensación de que no estábamos aquí; el tiempo se ha pasado muy rápidamente, en resumen en esta experiencia nos sentimos privilegiados ya que se nos ofrece como un regalo de Dios inesperado e inmerecido.
Así hemos vivido el sentirnos una única familia, al terminar la oración es como un despertar con ese sabor de boca de algo que hemos vivido con intensidad y que nos puede ayudar a vivir nuestro cotidiano de manera nueva y con nuevos horizontes.
Textos meditados del Corán y el Evangelio
Corán: Aya 62. Surat Baqara.
“Quienes creyeron, los judíos, los cristianos y los sabeos que hayan tenido fe en Dios, en el Día del Juicio Final y hayan obrado correctamente, obtendrán su recompensa junto a su Señor, y no temerán ni se entristecerán”.
إِنَّ الَّذِينَ آمَنُوا وَالَّذِينَ هَادُوا وَالنَّصَارَىٰ وَالصَّابِئِينَ مَنْ آمَنَ بِاللَّهِ وَالْيَوْمِ الْآخِرِ وَعَمِلَ صَالِحًا فَلَهُمْ أَجْرُهُمْ عِندَ رَبِّهِمْ وَلَا خَوْفٌ عَلَيْهِمْ وَلَا هُمْ يَحْزَنُونَ﴾ البقرة: 62﴿
Evangelio: Mt 8, 11
“Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos” Evangelio de Mateo 8, 11
وَأَقُولُ لَكُمْ: إِنَّ كَثِيرِينَ سَيَأْتُونَ مِنَ الْمَشْرِقِ وَالْمَغْرِبِ وَيَتَّكِئُونَ مَعَ إِبْرَاهِيمَ وَإِسْحَاقَ وَيَعْقُوبَ فِي مَلَكُوتِ السَّمَاوَاتِ.
11,إنجيل متى 8
Compartir de Asmae, de la Tariqa Alawiya:
“Muchas gracias por este maravilloso momento. Hemos vibrado juntos en altas vibraciones y hemos sintonizado con el Amor, el respeto, la confianza, el dejarse llevar y guiar y las maravillosas sensaciones.
Los 48 minutos de silencio es una formidable propuesta. Practicarla en cada encuentro es beneficioso para nuestro camino espiritual porque tiene un gran efecto para la introspección, para apaciguar la mente, para contemplar y darse cuenta de los movimientos del ego que utiliza el pasado, el futuro y las heridas emocionales y crea pensamientos. El silencio nos permite vivir el presente el aquí y ahora. El silencio nos permite conocernos. Y quién se conoce a sí mismo, conoce a Dios. El silencio es fundamental para abrir la conciencia. La presencia de las hermanas y de Salvador no ha sido una casualidad.
Es una sincronización. Hemos sincronizado juntos porque vibramos en las mismas vibraciones y tenemos las mismas intenciones, las ganas mutuas de encontrarnos con los brazos abiertos, ganas de tejer con hilos fuertes y suaves a la vez RIBAT ASSALAM. Y estoy segura y tengo fe de que lo que hacemos todos y para que perdure, resuena con todo el mundo, con todo el Universo y con la voluntad de Dios toda la humanidad firma con el Corazón esta bendita Alianza. AMEN. AMIN”
[1] La transcripción árabe de Ribat El Salam se pronuncia en árabe como Ribat Salam.
