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  • Robertus Kardi

“El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”

22 Diciembre 2023 720

¡Feliz Navidad! Celebramos hoy, el 25 de diciembre, el misterio más grande y asombroso de todos: el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. El Evangelio de Juan nos invita a entrar en la profundidad de este misterio, contemplando la Palabra que se hizo carne. El evangelista comienza su relato recordándonos que en el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Esta Palabra, que es eterna y divina, se revela a nosotros de una manera única y asombrosa: se hace carne y habita entre nosotros. El Verbo eterno, que existía desde el principio de los tiempos, se hace tangible, visible, accesible. "Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros". Estas palabras contienen la esencia misma de la Navidad: Dios se hace uno de nosotros, Emmanuel. El Creador del universo, el que conoce cada uno de nuestros corazones, decide unirse a su creación de una manera humilde y vulnerable.

La luz de la Palabra encarnada brilla en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. En medio de un mundo a menudo oscuro y confuso, la luz de Cristo irradia esperanza, amor y salvación. Jesús, el Niño en el pesebre, es la luz que ilumina nuestros corazones y nos guía en nuestro camino. La Palabra hecha carne no vino para condenar el mundo, sino para salvarlo. Esta es la buena noticia de la Navidad: en el nacimiento de Jesús, encontramos la redención y la reconciliación con Dios. Dios no nos deja en la oscuridad de nuestras limitaciones y pecados, sino que viene a nosotros para ofrecernos la vida eterna.

Así, en ese día santo, estamos invitados a acoger al Niño Jesús en nuestros corazones. Que esta celebración no sea solo un recordatorio anual, sino un encuentro renovado con la Palabra encarnada, que desea habitar en nosotros. Que el amor, la paz y la alegría que trae consigo la Navidad transformen nuestras vidas y nos lleven a compartir esa luz con los demás.

Encomendémonos a María, la Madre de Dios, quien dio a luz al Salvador. Que ella nos ayude a vivir con gratitud y humildad el misterio de la Encarnación, y que podamos seguir el ejemplo de su corazón lleno de amor y servicio. ¡Feliz Navidad a todos!

 

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