¡Feliz Navidad! Celebramos hoy, el 25 de diciembre, el misterio más grande y asombroso de todos: el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. El Evangelio de Juan nos invita a entrar en la profundidad de este misterio, contemplando la Palabra que se hizo carne. El evangelista comienza su relato recordándonos que en el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Esta Palabra, que es eterna y divina, se revela a nosotros de una manera única y asombrosa: se hace carne y habita entre nosotros. El Verbo eterno, que existía desde el principio de los tiempos, se hace tangible, visible, accesible. "Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros". Estas palabras contienen la esencia misma de la Navidad: Dios se hace uno de nosotros, Emmanuel. El Creador del universo, el que conoce cada uno de nuestros corazones, decide unirse a su creación de una manera humilde y vulnerable.
La luz de la Palabra encarnada brilla en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. En medio de un mundo a menudo oscuro y confuso, la luz de Cristo irradia esperanza, amor y salvación. Jesús, el Niño en el pesebre, es la luz que ilumina nuestros corazones y nos guía en nuestro camino. La Palabra hecha carne no vino para condenar el mundo, sino para salvarlo. Esta es la buena noticia de la Navidad: en el nacimiento de Jesús, encontramos la redención y la reconciliación con Dios. Dios no nos deja en la oscuridad de nuestras limitaciones y pecados, sino que viene a nosotros para ofrecernos la vida eterna.
Así, en ese día santo, estamos invitados a acoger al Niño Jesús en nuestros corazones. Que esta celebración no sea solo un recordatorio anual, sino un encuentro renovado con la Palabra encarnada, que desea habitar en nosotros. Que el amor, la paz y la alegría que trae consigo la Navidad transformen nuestras vidas y nos lleven a compartir esa luz con los demás.
Encomendémonos a María, la Madre de Dios, quien dio a luz al Salvador. Que ella nos ayude a vivir con gratitud y humildad el misterio de la Encarnación, y que podamos seguir el ejemplo de su corazón lleno de amor y servicio. ¡Feliz Navidad a todos!
COMENTARIOS
- Dominicos
- José Luis Sicre: Natividad del Señor. Tres misas el mismo día. El Prólogo de Juan dice de ese niño algo más grande que el ángel a los pastores: es el Verbo de Dios, que lo acompaña desde el principio, antes de la creación.
- Mª Guadalupe Labrador: Como niebla que se filtra bajo la puerta cerrada. Se queda con nosotros de una forma humilde y pobre. No viene al palacio, al templo, ni siquiera a una buena casa en una barriada segura.
- Florentino Ulibarri: Navidad. En Navidad, buscar es mi oficio…
- Vicky Irigaray: Nacimiento de Jesús. El Misterio de Navidad se nos da en la ternura de un Niño: presencia gratuita y llena de amor capaz de despertar lo mejor de cada uno de nosotros.
- Anáfora: Jesús, palabra de Dios. Te bendecimos, Padre, porque has querido habitar en lo hondo de nuestro ser y nos hablas y quieres que nos comuniquemos contigo y también entre nosotros.
- Salomé Arricibita: Nana de la Virgen Madre. Un poema de José M. Rodríguez Olaizola, con el mismo título. Me conmovió tanto, que tuve la osadía de ponerle música y pedirle permiso para compartirla. Permiso que me concedió generosamente y por el que le doy las gracias. Espero que os guste. ¡Feliz Navidad! ¡Zorionak!
- Equipo Quiero Ver: Nace hoy. ¿Qué puede nacer hoy en Palestina? ¿Sigue naciendo Dios en nuestro mundo? ¿Sigue habiendo esperanza para la humanidad? "Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.