En el último diálogo que Jesús resucitado tuvo con sus discípulos antes de ascender al cielo les dijo: «El Espíritu Santo vendrá sobre vosotros y recibiréis su fuerza, para que seáis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra» (Hch 1,8). Estas palabras nos muestran los tres fundamentos de la vida y de la misión de los discípulos.
«Seréis mis testigos». Una llamada para todos los cristianos.
Gracias al Espíritu Santo cada cristiano está llamado a ser misionero y testigo de Cristo. La misión se realiza no individualmente, en comunión y no por propia iniciativa. No es casual que el Señor Jesús haya enviado a sus discípulos en misión de dos en dos. Por eso la presencia de una comunidad, incluso pequeña, para llevar adelante la misión tiene una importancia esencial.
Jesús envía a los discípulos al mundo no sólo para realizar la misión, sino también y sobre todo para ser sus testigos. A propósito del testimonio cristiano, permanece siempre válida la observación de san Pablo VI: «El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio» (EN, 41).
En la evangelización el ejemplo de vida cristiana y el anuncio de Cristo van juntos. Son dos pulmones con los que debe respirar toda comunidad para ser misionera.
«Hasta los confines de la tierra» La actualidad de la misión.
Los discípulos no son enviados a hacer proselitismo, sino a anunciar. Los primeros cristianos al ser perseguidos en Jerusalén se dispersaron y anunciaron a Cristo por todas partes.
Algo parecido sucede también en nuestro tiempo. A causa de las persecuciones religiosas y situaciones de guerra y violencia, muchos cristianos se han visto obligados a huir de su tierra hacia otros países. Muchos dan testimonio de Cristo y del amor de Dios en los países que los acogen.
La indicación “hasta los confines de la tierra” quiere indicarnos que ninguna realidad humana es extraña a la atención de los discípulos de Cristo en su misión.
«El Espíritu Santo vendrá sobre vosotros y recibiréis su fuerza» Dejarse fortalecer y guiar por el Espíritu.
Fue después de la venida del Espíritu Santo sobre los discípulos que san Pedro pronunció su discurso a los habitantes de Jerusalén. El Espíritu es el verdadero protagonista de la misión, es Él quien da la palabra justa, en el momento preciso y en el modo apropiado.
Queremos leer a la luz de la acción del Espíritu Santo los aniversarios misioneros de este año 2022: los 400 años de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. La inspiración de Paulina Jaricot a fundar hace 200 años la Obra de la Propagación de la Fe. De esta genial idea nació la Jornada Mundial de las Misiones, DOMUND, que celebramos cada año.
Queridos hermanos y hermanas, sigo soñando con una Iglesia totalmente misionera. Con la fuerza del Espíritu Santo y hasta los confines de la tierra. María, Reina de las misiones, ruega por nosotros.